En el café de siempre.
Estoy sentanda en el café de siempre, en un rincón. Hay tanto jaleo, no me puedo
relajar. Es viernes por la tarde. La gente viene y se va. El café
está lleno de padres con sus hijos. Pero me gusta el silencio. Y
me gustan los cafés. La dulzura del masala chai juega sobre mi
lengua. Las especias se mezclan de una manera sabrosa. El vaso se
vacia con demasiada rapidez. Estoy intentando escribir. La historia.
No sé si es buena o no. Tal vez. Quizás. Tengo unos quince minutos.
Mejor empezar ya.
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